Os presentamos a Brugos de Fenar

¡Bienvenidos a Brugos de Fenar! Soy Mª Jesús, propietaria de las casas rurales “El Henar del Rey” en Brugos de Fenar. Para mí no es nada fácil ser objetiva cuando hablo de Brugos de Fenar, porque es el lugar al que van ligados muchos de los mejores momentos y recuerdos de mi vida: en él aprendí a andar, a correr, a jugar, a subir al monte, a distinguir las estaciones, a identificar los árboles, pájaros…a respetar la tradición y a valorar todos esos conocimientos que se han transmitido de generación en generación y que de una forma natural han llegado hasta mí. En él está mi familia, mis vecinos, amigos…es el lugar en el que me siento protegida, el que me reconforta y me da paz cuando estoy mal, al que añoro y quiero regresar cuando estoy lejos, es mi hogar y en él están mis raíces.

Etimología

Una de las preguntas que más se hace la gente es de dónde viene el nombre de su pueblo, su origen y significado, o sea, la etimología de esa palabra, y tratando de dar respuesta, analizaremos las dos palabras que componen el nombre del pueblo: Brugos y Fenar. Si partimos de que la F es una letra que nos transmite el latín, el alfabeto latino y los romanos, la etimología de FENAR es bastante clara, y procedería de las palabras latinas Fenalis y Fenum (henar y heno), de ahí que al Valle de Fenar durante siglos se le considerase Henar del Rey.

BRUGOS es un topónimo que ha dado mucho trabajo a los investigadores y su estudio ha generado varias hipótesis, vinculando su origen con “Verruca”, “Ferrugo” y también con “Bruchus”, nombres de origen latino. Sin embargo, en 1998 Julia Pérez Miranda-Seoane publicó una rectificación sobre la primera interpretación que previamente ella misma había dado al nombre de Brugos, vinculándolo con el topónimo “Uerruga” que aparece citado en el Fuero de Fenar y que se identificaría con la voz latina “Verruca”. En dicha publicación, concluye que Brugos viene de la voz céltica “VROICOS” (Brezo) latinizada en “BRUCUS”, que habría llegado al Norte a través del mozárabe “buruk” y que significa brezo o urz, un arbusto muy abundante en nuestro pueblo, en todo el valle y por extensión, en toda la Montaña de León. Brugos en el tiempo y en el espacio desde el punto de vista geográfico, Brugos de Fenar, al igual que todo el Valle de Fenar, se sitúa en la Montaña Central Leonesa, y más concretamente, en las últimas estribaciones de la cordillera cantábrica, siendo zona de transición entre la montaña y la meseta, y compartiendo características de ambas. Si hablamos desde un punto de vista histórico debemos retroceder unos cuantos siglos para buscar información y recurrir a las fuentes documentales escritas, y a esas otras fuentes no escritas como son los yacimientos o restos arqueológicos y los topónimos que perviven en el pueblo.

Antes del S.X, el hallazgo de algunas piezas arqueológicas (un bifaz del Paleolítico y un hacha Neolítica) vendría a reforzar la idea de la existencia de asentamientos de población en este territorio desde el Paleolítico; algo factible si tenemos en cuenta la proximidad de la Cueva de Alcedo. Otros restos arqueológicos y topónimos del pueblo nos hablarían también de asentamientos castreños y romanos en la zona.

En el S.X, sabemos por las fuentes documentales escritas que Brugos y el Valle de Fenar ya aparecen mencionados en diferentes documentos como una entidad concejil independiente. Un poco más tarde, en abril de 1042, Fernando I y doña Sancha otorgan Fuero al Valle de Fenar, dicha Carta Foral vincula al valle con la corona, le otorga privilegios, exención fiscal y le da autonomía a nivel organizativo. Durante los siglos posteriores, el Fuero y sus privilegios fueron ratificados por diferentes reyes, y a pesar de que en el S.XVI se abolieron muchos de esos privilegios, este valle siguió gozando de cierta autonomía hasta que en el S. XIX pasa a formar parte a nivel administrativo del Ayuntamiento de La Robla.

Son muchas las fuentes documentales escritas a las que podemos recurrir para componer el relato histórico del pueblo desde ese siglo X hasta la actualidad, pero no es el objetivo de este artículo, sino el de muchos otros trabajos de investigación, pues aquí solamente pretendemos dar una visión general y con carácter divulgativo. En este relato histórico debemos situar otro enclave de especial interés, pero al que no podemos dar una cronología exacta al carecer de datos. Se trata de la Ermita de Santiago, situada a la entrada del pueblo, próxima a la vía del tren y cerca del “Camino Olvidado” a Santiago. En este caso confluyen varias fuentes de información, pues tenemos el topónimo “Ermita” que se mantiene en la actualidad, también el hallazgo de varias lajas de tumbas que apuntan a la existencia de una necrópolis medieval y documentación escrita en la que ya se aludía a los restos de dicha Ermita.